Sólo en Cristo Jesús está el verdadero sentido de la vida. Sólo en Cristo está la verdadera felicidad y la verdadera alegría, esa alegría que nunca acaba. Sólo en el Señor está la Verdad (la verdad de Dios, la verdad de la persona, la verdad del mundo y de las cosas). Sólo Dios puede dar la plenitud al corazón humano, sólo Él puede dar consistencia a la vida. Sólo en Dios está el verdadero Amor, el amor que nunca acaba, porque Él es Amor (cf. 1 Jn 4,8). Sólo Dios puede obrar el cambio de la persona. Sólo en Cristo, con Él y por Él merece la pena vivir la vida, pues Él es la vida en plenitud (cf. Jn 10,10). Sólo en Cristo están las respuestas a todas las preguntas del ser humano… Sólo en Cristo está la salvación y la Vida Eterna.
Para vivir esto, no basta con “saberlo” (de memoria), es necesario experimentarlo. Y para vivirlo y experimentarlo sólo hay un modo de hacerlo: conocer y amar a Jesucristo, profundizar en la relación personal con Él, crecer en la amistad personal con Él (¡pues está resucitado y vivo!). Y para tener, o profundizar, esta amistad con Él sólo hay un camino: la Palabra de Dios, los Sacramentos, la oración personal y comunitaria.
Animamos, con verdadera ilusión e interés, a jóvenes adultos a partir de 20 años de edad, a iniciar con nosotros esta aventura verdaderamente apasionante de adentrarse —o profundizar— en esta fuente de la Verdad, del Amor y de la alegría…, en la fuente inagotable de la Vida que es nuestro Señor Jesucristo, y nuestra relación con Él, esto es: la ORACIÓN. Sólo es necesaria una condición: querer hacerlo. Te animamos, por tanto, a venir a la Parroquia, donde te ofreceremos la información concreta.