«De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo:
“No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”». (Lc 2,9-14).
El Beato Pablo VI, en la Navidad de 1971, afirmaba: «Dios podría haber venido revestido de gloria, de esplendor, de luz, de fuerza, para asustarnos, para dejarnos con los ojos abiertos por el asombro. No, no. Vino como el más pequeño de los seres, el más frágil, el más débil. ¿Por qué así? Para que nadie tuviera vergüenza de acercarse a él, para que nadie tuviera temor, para que todos lo pudieran sentir cerca, acercarse a él, que no hubiera ya ninguna distancia entre él y nosotros. Dios ha hecho el esfuerzo de anonadarse, de sumergirse dentro de nosotros, para que cada uno, repito, cada uno, pueda hablarle de tú, tener confianza, acercarse a él, saberse recordado por él, amado por él… amado por él: mirad que esta es una palabra muy grande. Si entendéis esto, si recordáis esto que os estoy diciendo, habréis entendido todo el cristianismo».
(BEATO PABLO VI, PAPA, Homilía, 25 de diciembre de1971; citado por el PAPA FRANCISCO, Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2016).
Que experimentes esto, es nuestra mejor oración por ti al Señor en esta Navidad del año 2017.
Sobre todo, pedimos al Señor, de rodillas ante el misterio de su Nacimiento, el don de la salud para los que sufrís la prueba de la enfermedad, y el don de su consuelo y de su paz para los que, por cualquier motivo, sufrís la prueba de la tristeza o de la soledad. No se te olvide que Jesús ha nacido para amarte inmensamente. En Él hallarás la fortaleza y el sentido, la alegría y la salvación.
A todos los feligreses y amigos de la Parroquia de San Nicolás de Bari de Murcia, a vuestras familias, y a ti, hermano, os deseamos de corazón: ¡Feliz Navidad del Señor!
Con sincero afecto,
vuestros Sacerdotes, Juan y José María.