Inscripción a la Catequesis de nuestra Parroquia

Catequesis para niños y jóvenes

Queridos amigos: comenzamos un nuevo curso pastoral, y con él comenzamos también la Catequesis de Primera Comunión, Post-Comunión y Confirmación.

Catequesis.1En nuestra Parroquia de San Nicolás de Murcia ofrecemos la posibilidad de una Catequesis continuada, de manera que los niños que comienzan su Catequesis de Primera Comunión puedan continuar su formación cristiana hasta la Confirmación. Pulsando aquí puedes descargar en «pdf» los niveles de Catequesis que ofrecemos, y su correspondencia con el curso escolar en que se está en el colegio o instituto.

Animemos a los niños, adolescentes y jóvenes, dentro de cada una de nuestras familias, a participar en Catequesis, para que conozcan más a Jesucristo y acrecienten su amistad con Él. Si lo pensamos bien, es lo mejor que podemos hacer por ellos.

Deben inscribirse todos los niños y jóvenes que quieran participar en la Catequesis de la Parroquia.

Esta inscripción puede hacerse:

  • Días: Semana del Lunes 28 de septiembre hasta el Viernes 2 de octubre, ambos inclusive.
  • Hora: De 6 a 7 de la tarde, y de 8 a 8’30 de la tarde.
  • Lugar: Despacho parroquial de la iglesia de San Nicolás, Murcia.

Queridos niños y jóvenes: os esperamos en la Catequesis con mucha alegría y con gran ilusión, para seguir juntos a Jesús, para conocerle más y mejor, para experimentar la alegría de ser sus amigos, pero amigos de verdad. Y lo mejor de todo es que es Jesús mismo quien nos llama y nos espera. ¡Ánimo! Ven a Catequesis. Te esperamos.

Catequesis.3

CONFIRMACIÓN DE ADULTOS

Ofrecemos la posibilidad de que jóvenes y adultos, a partir de 20 años de edad y sin límite de edad, que no hayan recibido este Sacramento, puedan recibir el Sacramento de la Confirmación. Este Sacramento es muy importante, forma parte de los sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía) y, si falta uno de ellos, la iniciación cristiana está incompleta. Por otro lado, haber recibido la Confirmación es necesario para todo, como, por ejemplo: para poder ser padrino o madrina de Bautismo de otro, y, por supuesto, para poder ser padrino o madrina de Confirmación de otro, y también para contraer Matrimonio canónico (para casarse por la Iglesia). Pulsando aquí puedes ver esta información en nuestra web.

Por todo ello, ofrecemos la posibilidad de iniciar un grupo de catequesis de adultos encaminado a recibir la Confirmación, para quienes no la hayan recibido, de modo que al final de este curso puedan recibirla. Ya se han inscrito 2 personas. Si ésta es tu situación, no dudes en venir a nuestra Parroquia, donde te informaremos de todo. ¡Ánimo! Te esperamos. Y Cristo te llama y te espera.

Confirmación adultos.1

El Evangelio del Domingo con el Concilio Vaticano II

Ofrecemos el texto del Evangelio que será proclamado este Domingo 27 de septiembre de 2015 (Domingo XXVI del Tiempo Ordinario, Ciclo B) en la Liturgia de la Iglesia. Posteriormente proponemos leer un texto muy importante del Concilio Vaticano II relacionado con la primera parte de esta Palabra del Señor.

Del Evangelio según San Marcos (Mc 9,38-43.45.47-48)

El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Si tu mano te hace caer, córtatela

Jesús envía a los Apóstoles.1«En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

-“Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros”.

Jesús respondió:

-“No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la Vida, que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga.

Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la Vida, que ser echado con los dos pies al abismo.

Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al abismo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”».

Concilio Vaticano II

En este texto del Evangelio dice Jesús: «El que no está contra nosotros está a favor nuestro». A raíz de estas palabras del Señor, que hay que leer y entender bien en su contexto, nos ha parecido oportuno proponer para nuestra meditación un texto de transcendental importancia del Concilio Vaticano II (celebrado entre los años 1962-1965). Este texto que proponemos, de gran calado teológico, hay que leerlo despacio y entenderlo bien. Ninguna de las palabras están puestas al azar, sino que está muy elaborado para expresar, de manera sencilla y, a la par, sintética y completa, una gran verdad. Esta enseñanza del Concilio trata, en fin, de la relación de los «no cristianos» con la Iglesia y con la salvación; aquellos que aún no han recibido la predicación del Evangelio, que no conocen a Cristo ni los medios de salvación, que no están bautizados. Se habla de los judíos, los musulmanes y de aquellos que, sin culpa propia, desconocen a Cristo y al Dios verdadero. Sin embargo, todos «están ordenados» al Pueblo de Dios, aunque de diversas maneras, es decir, en camino hacia la Iglesia y, por tanto, hacia la salvación. ¿Cómo y en qué sentido? Leámoslo.

Concilio Vaticano II (1962-1965). En él estuvieron reunidos todos los Obispos del mundo con el Papa que lo convocó (San Juan XXIII) y, tras su fallecimiento, con el Papa que lo continuó y concluyó (Beato Pablo VI).

Concilio Vaticano II (1962-1965). En él estuvieron reunidos todos los Obispos del mundo con el Papa que lo convocó (San Juan XXIII) y, tras su fallecimiento, con el Papa que lo continuó y concluyó (Beato Pablo VI).

Los no cristianos, en relación con la Iglesia y con la salvación

«Los que todavía no han recibido el Evangelio también están ordenados al Pueblo de Dios de diversas maneras. En primer lugar, sin duda, está aquel pueblo al que se le dieron la alianza y las promesas y del que nació Cristo según la carne (cf. Rm 9,4-5). Si se considera su elección, es un pueblo amadísimo para Dios a causa de los padres de su fe, pues Dios no se vuelve atrás después de haber llamado y dado sus dones (cf. Rm 11,28-29). Pero el designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que profesan tener la fe de Abrahán y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo. Tampoco Dios está lejos de los que buscan entre sombras e imágenes al Dios desconocido, pues Él da a todos la vida, el aliento y todo (cf. Hch 17,25-28) y el Salvador quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4). En efecto, los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Dios en su providencia tampoco niega la ayuda necesaria a los que, sin culpa, todavía no han llegado a conocer claramente a Dios pero se esfuerzan con su gracia en vivir con honradez. La Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero que hay en ellos, como una preparación al Evangelio y como un don de Aquel que ilumina a todos los hombres para que puedan tener finalmente vida. Pero muchas veces los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso, sirviendo a las criaturas en vez de al Creador (cf. Rm 1,21 y 25). Otras veces, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, están expuestos a la desesperación más radical. Por eso la Iglesia pone todo su cuidado en favorecer las misiones para promover la gloria de Dios y la salvación de todos éstos, recordando el mandamiento del Señor: Predicad el Evangelio a todos los hombres (cf. Mc 16,16)».

(Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, n. 16).

Comienza el «Horario de Misas» habitual durante el año

Desde el pasado día 14 de septiembre de 2015, hemos comenzado, en nuestra Parroquia de San Nicolás de Murcia, el «Horario de Misas» habitual durante el año. Aunque está señalado en esta misma página web (menú «Horarios parroquiales«, submenú «Horario de Misas«), ponemos aquí el Horario de Misas estable durante todo el año. Además, pulsando aquí puedes descargarte este mismo horario en «pdf», y si lo deseas puedes imprimirlo para tenerlo en casa.

HORARIO DE MISAS HABITUAL DURANTE EL AÑO

Lunes:

  • 11 h. mañana.
  • 7’30 h. tarde.

El Lunes es el día de las «Caminatas de San Nicolás». Cada Lunes, al finalizar las Misas, se reza la «invocación» especial a San Nicolás de Bari: por todos, pero especialmente por quienes realizan las «Caminatas».

De Martes a Sábados y Vísperas de Fiesta:

  • 7’30 h. tarde.

Domingos y Festivos:

  • 11’30 h. mañana.
  • 12’30 h. mediodía.
  • 2 h. tarde.
  • 7’30 h. tarde.

Eucaristía.Pasión.1

El Evangelio del Domingo con el gran San Agustín

Ofrecemos el texto del Evangelio que será proclamado este Domingo 20 de septiembre de 2015 (Domingo XXV del Tiempo Ordinario, Ciclo B) en la Liturgia de la Iglesia. Posteriormente proponemos leer un comentario del gran San Agustín alusivo a esta enseñanza fundamental del Señor.

Del Evangelio según San Marcos (Mc 9,30-37)

El Hijo del hombre va a ser entregado.

Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

Jesús y los niños«En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:

-“El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará”.

Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:

-“¿De qué discutíais por el camino?”

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

-“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.

Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

-“El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado”».

Comentario de San Agustín

San Agustín.

San Agustín.

Filósofo, teólogo, maestro de retórica, uno de los grandes pensadores de la historia de la humanidad, escritor prolífico y de inusitada profundidad y rotundidad en sus argumentaciones, el gran San Agustín de Hipona, Obispo y Doctor de la Iglesia, el más grande de los Padres de la Iglesia en Occidente (siglos IV-V), es, sin duda alguna, uno de los grandes maestros para la vida de fe. De él traemos aquí un comentario referente a esta enseñanza de Jesús, esencial para la vida cristiana.

Tomar el medicamento de la humildad

«Hinchado por la soberbia, esta misma hinchazón le estorbaba para volver por la estrechura. Quien se hizo por nosotros camino clama: Entrad por la puerta estrecha (Mt 7,16). Hace conatos para entrar, mas la hinchazón se lo impide; y cuanto más se lo impide la hinchazón, tanto más perjudiciales le resultan los esfuerzos. Porque, para un hinchado, la estrechura es un tormento que contribuye a hincharle más; y si aún aumenta de volumen, ¿cómo ha de poder entrar? Tiene, pues, que deshincharse. ¿Cómo? Tomando el medicamento de la humildad; que beba esta pócima amarga, pero saludable: la pócima de la humillación. ¿Por qué tratar de encogerse? No se lo permite la masa, no grande, sino hinchada. Porque la magnitud o corpulencia es indicio de solidez, la hinchazón es inflamiento.

Quien, pues, esté hinchado, no se tenga por grande; deshínchese para tener grandeza auténtica y sólida. No ambiciones estas cosas huidizas y corruptibles; oiga la voz del que dijo: Entrad por la puerta angosta, y también: Yo soy el camino (Jn 14,6). Como si el tímido le preguntase: “¿Por dónde voy a entrar?”, le responde: “Yo soy el camino, entra por mí”. Para entrar por esta puerta tienes que andar por este camino; porque si dijo: Yo soy el camino, dijo también: Yo soy la puerta (Jn 10,7). ¿Por qué te preocupas del por dónde volver, a dónde volver y por dónde entrar? Para que no andes descarriado, él se hizo todo eso para ti. En dos palabras lo dice: Sé humilde, sé manso. Escuchémosle decirlo clarísimamente, para que veamos por dónde va el camino, cuál es el camino y a dónde va el camino. ¿A dónde quieres ir? Quizá, por tu avaricia, quieras poseer todo: Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre (Mt 11,27). Dirás quizá: “Bien; las ha entregado a Cristo; ¿acaso me las ha entregado a mí?” Escucha lo que dice el Apóstol; escucha, según te dije antes; no te quiebre la desesperación las alas del ánimo; oye cómo fuiste amado cuando no eras digno de serlo; oye cómo fuiste amado cuando eras torpe y feo; antes, en fin, de que hubiera en ti cosa digna de amor. Fuiste amado primero para que te hicieras digno de ser amado.

Pues bien, Cristo —dice el Apóstol— murió por los impíos (Rm 5,6). ¿Acaso merecía el impío ser amado? Te ruego que me digas qué merecía el impío. “La condenación”, respondes. “Pues, con todo eso, Cristo murió por los impíos”. Ahí ves lo que hizo por ti cuando eras impío; ¿qué reserva para el piadoso? ¿Qué se hizo a favor del impío? Cristo murió por los impíos. Tú que deseabas poseerlo todo, ahí tienes el modo de hallarlo todo; no lo busques por el camino de la avaricia, búscalo por el camino de la piedad. Si vas por ahí, lo poseerás, porque poseerás al Hacedor de todas las cosas, y, poseyéndolo a él, con él todo será tuyo».

(San Agustín, Extracto del Sermón 142).

El Evangelio del Domingo con el «Catecismo de la Iglesia Católica»

Este Domingo 13 de septiembre de 2015, al ser el Domingo posterior al día 8 de septiembre (cuando en la Liturgia se celebra la Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María), celebramos en la ciudad de Murcia la Solemnidad de nuestra Patrona, la Santísima Virgen de la Fuensanta. Por esta razón, en nuestras parroquias, en vez de celebrarse el «Domingo XXIV del tiempo ordinario», celebramos esta Solemnidad tan importante para todos nosotros. Así, pues, ofrecemos a continuación el texto del Evangelio propio de esta Solemnidad de la Virgen María de la Fuensanta, que será proclamado en las Misas de este Domingo en las parroquias murcianas. A continuación, ponemos un texto del Catecismo de la Iglesia Católica relacionado con esta fiesta.

Del Evangelio según San Juan (Jn 7,37-39a)

Manarán torrentes de agua viva

Pantocrator.Cefalú«El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba:

-“El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba”.

(Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva).

Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él».

Del Catecismo de la Iglesia Católica

La hermosa advocación de nuestra Patrona nos remite a una gran verdad. En efecto, la Virgen María es Aquella que nos ha traído a Cristo, la «Fuente Santa» de la cual mana a raudales hacia nosotros el Agua Viva de la Gracia: el Espíritu Santo. Por eso, nos parecía oportuno aportar esta enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica (Catecismo de extrema importancia para la vida de fe de todo cristiano), en la que trata de la obra que el Espíritu Santo realiza en la Madre del Señor.

«Alégrate, llena de gracia»

Virgen de la Fuensanta.2«María, la Santísima Madre de Dios, la siempre Virgen, es la obra maestra de la Misión del Hijo y del Espíritu Santo en la Plenitud de los tiempos. Por primera vez en el designio de Salvación y porque su Espíritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada en donde su Hijo y su Espíritu pueden habitar entre los hombres. Por ello, los más bellos textos sobre la Sabiduría, la Tradición de la Iglesia los ha entendido frecuentemente con relación a María: María es cantada y representada en la Liturgia como el “Trono de la Sabidría”.

En ella comienzan a manifestarse las “maravillas de Dios”, que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia:

El Espíritu Santo preparó a María con su gracia. Convenía que fuese “llena de gracia” la Madre de Aquel en quien “reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente” (Col 2,9). Ella fue concebida sin pecado, por pura gracia, como la más humilde de todas las criaturas, la más capaz de acoger el don inefable del Omnipotente. Con justa razón, el ángel Gabriel la saluda como la “Hija de Sión”: “Alégrate”. Cuando ella lleva en sí al Hijo eterno, hace subir hasta el cielo con su cántico al Padre, en el Espíritu Santo (cf. Lc 1,46-55), la acción de gracias de todo el pueblo de Dios y, por tanto, de la Iglesia.

En María el Espíritu Santo realiza el designio benevolente del Padre. La Virgen concibe y da a luz al Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad única por medio del poder del Espíritu y de la fe.

En María, el Espíritu Santo manifiesta al Hijo del Padre hecho Hijo de la Virgen. Ella es la zarza ardiente de la teofanía definitiva: llena del Espíritu Santo, presenta al Verbo en la humildad de su carne dándolo a conocer a los pobres y a las primicias de las naciones.

En fin, por medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner en comunión con Cristo a los hombres “objeto del amor benevolente de Dios” (cf. Lc 2,14), y los humildes son siempre los primeros en recibirle: los pastores, los magos, Simeón y Ana, los esposos de Caná y los primeros discípulos.

Al término de esta misión del Espíritu, María se convierte en la “Mujer”, nueva Eva “Madre de los vivientes”, Madre del “Cristo total” [la Iglesia] (cf. Jn 19,25-27). Así es como ella está presente con los Doce, que “perseveraban en la oración, con un mismo espíritu” (Hch 1,14), en el amanecer de los “últimos tiempos” que el Espíritu va a inaugurar en la mañana de Pentecostés con la manifestación de la Iglesia».

(Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 721-726).

El Evangelio del Domingo con San Beda el Venerable

Ofrecemos el texto del Evangelio que será proclamado este Domingo 6 de septiembre de 2015 (Domingo XXIII del Tiempo Ordinario, Ciclo B) en la Liturgia de la Iglesia. A continuación ponemos un breve y hermoso comentario de San Beda el Venerable.

Del Evangelio según San Marcos (Mc 7,31-37)

Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

Jesús cura sordomudo«En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.

Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo:

-“Effetá”.

(Esto es: “Ábrete”).

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían:

-“Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”».

Comentario de San Beda el Venerable

"San Beda el Venerable traduciendo el Evangelio de San Juan" (James Doyle Penrose, 1.902).

«San Beda el Venerable traduciendo el Evangelio de San Juan» (James Doyle Penrose, 1.902).

San Beda el Venerable, Monje benedictino en Inglaterra entre los siglos VII-VIII (concretamente, nació en el año 672 y murió en el año 735), también es «Doctor de la Iglesia», y es Patrono de los Historiadores. El Papa Francisco eligió la siguiente frase de una de las homilías de San Beda como divisa para su escudo: «Miserando atque eligendo» («Lo miró con misericordia y lo eligió»). De San Beda el Venerable ponemos, pues, a continuación, un breve comentario alusivo a este texto del Evangelio, hermoso comentario y muy práctico para la vida espiritual.

No se retrasa la misericordia del médico celestial si no vacila la súplica de los que oran

«El sordomudo que fue curado de manera admirable por el Señor simboliza a todos aquellos hombres que, por gracia divina, merecen ser liberados del pecado provocado por el engaño del diablo. En efecto, el hombre se volvió sordo a la escucha de la Palabra de vida después de que, hinchado de soberbia, escuchó las palabras mortales de la serpiente dirigidas contra Dios; se volvió mudo para el canto de las alabanzas del Creador desde que se preció de hablar con el seductor.

Dado que el sordomudo no podía ni reconocer ni orar al Salvador, sus amigos le condujeron al Señor y le suplicaron por su salvación. Así debemos conducirnos en la curación espiritual: si alguien no puede ser convertido por la obra de los hombres para la escucha y la profesión de la verdad, que sea llevado ante la presencia de la piedad divina y se pida la ayuda de la mano divina para salvarle. No se retrasa la misericordia del médico celestial si no vacila ni disminuye la intensa súplica de los que oran».

San Beda el Venerable (siglos VII-VIII).