
San Juan de la Cruz. Retrato de Francisco Pacheco (siglo XVI).
Uno de los grandes místicos españoles, San Juan de la Cruz, nos ayuda a descubrir y a acudir a la fuente de agua viva, donde está la vida de Dios para el ser humano, la verdadera vida, la vida de la gracia, la vida eterna. Y esta «viva fuente que deseo, en este pan de vida yo la veo», al decir del Santo; esta fuente de agua viva está en la Eucaristía, en el Pan de Vida. No dejemos de acudir a beber en Ella cada día de nuestra vida. Sólo así el corazón humano puede saciarse del amor para el que ha sido creado: ese amor es Dios mismo.
«Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por fe»
«Qué bien sé yo la fonte que mane y corre,
aunque es de noche.
Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no lo tiene,
mas sé que todo origen de ella viene,
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben de ella,
aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.

Detalle de la gran Custodia de plata de la Catedral de Murcia.
Sé ser tan caudalosos sus corrientes,
que infiernos, cielos riegan, y las gentes,
aunque es de noche.
El corriente que nace de esta fuente,
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.
El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras,
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche».
(San Juan de la Cruz, siglo XVI).